En general, titulares y profesionales de los despachos profesionales están de acuerdo en conceder una gran importancia a la gestión de los documentos, pero, a menudo, se sienten perdidos a la hora de adoptar soluciones o poner en práctica acciones de mejora. Se entiende que la gestión de los documentos es un proceso de soporte imprescindible para el desempeño efectivo de las actividades del despacho y para la prestación de unos servicios de calidad a los clientes. Sin embargo, las posibles soluciones adolecen con frecuencia de una visión parcial en la que se confunde la herramienta (por ejemplo, un programa informático) con la solución.