“Una profesión es un acto infinito de paciencia, una obsesión perfeccionista por la obra bien hecha y eso sólo puede lograrse sabiendo asumir y resistir cualquier tentación de dejación por monotonía. Quien no es capaz de resistir todo lo que, en esa vía de perfeccionismo, hay de “aburrimiento”, no está preparado para gestionar una empresa , y no lo esta tampoco, para conducir la evolución profesional sea propia o ajena” (Joan Mateu)