Las claves del éxito
- En primer lugar debe prestar su máxima atención a todo lo que se relaciona con la fijación de metas, la formulación de objetivos y el establecimiento de prioridades de su organización.
- No caer en la rutina, y tampoco dejarse llevar por la presión de las urgencias. Una actitud rutinaria, que no permita tener una visión global de las posibilidades potenciales y restricciones que presenta su organización, explica el que se quede atrás en el desempeño de su función y que no trascienda su presencia dentro del complejo de posibilidades que ofrece el mundo moderno.
- Pero no basta con que sepa cuáles son sus objetivos y de qué manera va a establecerlos en su organización. Es importante que éstos sean explícitos y que sean conocidos tanto por su personal como por los clientes.
- También es básico que el directivo sepa organizar adecuadamente su firma para lograr el cumplimiento de las metas y objetivos. En este sentido, debe establecer una estructura operativa eficiente con organigramas, presupuestos, calendarios de trabajo, normas de comportamiento, niveles de responsabilidad, etc.
- Pasemos ahora a la siguiente función que sería la de escoger el personal idóneo y necesario para lograr el cumplimiento de los objetivos señalados. El buen directivo debe estar en condiciones de formar un cuadro de personal debidamente calificado y motivado con los objetivos de la organización.
- Otra función del directivo es controlar en forma conveniente el programa o plan de trabajo, estableciendo los controles que hagan posible ver de qué manera se están cumpliendo los objetivos señalados.
- Finalmente, otra importante función del directivo es conseguir el apoyo de toda su organización.
No se puede olvidar que una organización depende cada vez más de la imagen que proyecte en el exterior. Todo lo que antes estaba decidido por mecanismos internos ahora está fuertemente influido por lo que ocurra en el exterior.Por lo tanto, el titular debe estar en condiciones de proyectar la mejor imagen posible tanto en la administración, en el ámbito financiero, en su sector, con sus clientes o incluso con colaboradores y proveedores. Es decir, debe preocuparse por divulgar metas, objetivos y prioridades, de manera que logre su conocimiento y apoyo por parte de todos.
Realmente las organizaciones excelentes conceden gran importancia a la selección, adiestramiento y motivación del personal, quedando esta función situada en el más alto nivel institucional.
Llama la atención la manera de cómo en las grandes organizaciones los mismos ejecutivos se preocupan de que el personal se encuentre en las mejores condiciones posibles y que se identifique con los objetivos de la institución o empresa.
El buen directivo debe estar en condiciones de seguir exactamente el curso de los acontecimientos en su organización y establecer, de forma oportuna, las medidas alternativas para corregir los problemas que se vayan presentando y que afecten el cumplimiento de los objetivos de su organización.