Es importante revisar cada dos o tres años nuestro modelo de negocio
Para que las firmas hagan frente a esta situación, es imprescindible que diseñen una estrategia que busque la eficiencia de todas sus acciones. Es decir, han de identificar aquellas tareas en las que realmente son útiles y aportan valor (PV) para resolver los problemas de los clientes, evitando los trabajos no competitivos. El asesor/empresario debe diseñar sus servicios teniendo en cuenta los intereses de sus clientes. Para el resto de trabajos en los que no se sea realmente eficiente, debería diseñar una estrategia colaborativa destinada a reducir sus costes y mejorar su eficiencia, para automatizarlas o externalizarlas e incluso dejando de prestar aquellas labores para las que como asesor está súper preparado, asignándoselas a personal de apoyo. A los clientes no les importa pagar más por un trabajo que les aporta valor añadido. El despacho que quiera salir adelante debe tener muy claro cuál es el valor añadido o propuesta de valor (PV) de los servicios que ofrece.
Para continuar con la revisión de nuestro modelo de negocio también deberemos, profundizar en los siguientes módulos;
- SM/Segmentos de mercado que atiende nuestro despacho
- C/ Canales como llegan nuestras propuestas de valor o servicios a nuestros clientes ( comunicación, “distribución” y venta)
- RCI/Relaciones con los clientes como nos relacionamos con nuestros clientes
- FI/Fuentes de ingresos nuestros ingresos de donde proceden( clientes y servicios)
- RC/Recursos Clave que activos son claves en nuestra organización para ofrecer propuestas de valor que nos generen ingresos
- AC/Actividades Clave que actividades y rutinas son claves para ofrecer nuestros servicios de valor
- AsC/Asociaciones clave que asociaciones y alianzas nos pueden permitir externalizar determinadas tareas o recursos.
- EC/ Estructura de costes que costes y que peso tiene cada uno de ellos en la cuenta de pérdidas y ganancias de nuestro despacho.
Volviendo a las tecnologías, su importancia en esta situación es esencial. En los próximos diez años, el impacto de la tecnología traerá más cambios para la asesoría legal y económica que los producidos en el sector en el último siglo. Por lo que los profesionales de la asesoría tienen que esforzarse en anticiparse al mercado y subirse definitivamente al vagón de la innovación y el cambio. Hay que olvidarse de la idea de que las nuevas tecnologías sustituirán la profesión, pues será justamente lo contrario. La mejorarán, la harán más eficaz y contribuirán a que sea más fácil anticiparse a los problemas del cliente. Los efectos de la tecnología no se limitarán al trabajo de los asesores. Los Tribunales de Justicia y la Administración (AEAT y Seguridad Social) ya han sufrido y sufrirán cambios radicales, por ejemplo, algunos de los cuales ya se han producido (SII, Sistema Creta, Lex net).
El futuro ya es presente, y nos ha de encontrar preparados para poder afrontar una sociedad en la que las nuevas tecnologías juegan y jugarán un papel muy importante y en la que la eficacia y ahorro de tiempo es un valor en alza. Nos encontramos en el principio de una revolución social. La tecnología ha empezado a transformar las clases sociales, la actividad económica, el discurso político, la vida laboral y los límites de la actividad humana. Precisamente por todos estos motivos es necesario que los directivos del sector revisen a fondo y periódicamente su modelo de negocio.