- Una primera prioridad será tener a todas las personas de nuestro despacho motivadas y alineadas, pues se ha demostrado durante todo el año pasado que la entrega de las personas durante los primeros meses de la crisis de la Covid19 ha sido fundamental para continuar dando servicio a los clientes y mantenerlos. Esta necesidad y enfoque continúa siendo vigente, pues el partido todavía no ha finalizado. Es además momento de premiar a los mejores de un modo u otro.
- Hay que maximizar el conocimiento y el talento de todo el personal. Una labor importante será conseguir que todos los empleados y colaboradores de la firma participen de la actividad y del crecimiento de la firma. Hay que fomentar la opinión y las buenas ideas, y estas luego transferirlas y compartirlas con el resto del personal. La búsqueda de nuevas ideas para mejorar procesos, para captar o fidelizar clientes, mejorar servicios, compartir conocimiento son ejemplos reales que ya muchos despachos están aplicando con éxito y les ayuda a generar una gran ilusión.
- La confianza y el carácter informal al relacionarse el equipo humano es una ventaja competitiva, si se sabe canalizar y se cuenta con todo el mundo. Se ha demostrado con el teletrabajo y con todo lo que ha significado de cambio para muchos despachos. El flujo de ideas desde cualquier nivel o lugar es lo que cuenta. Todas las personas suman, y de ellas se espera que actúen.
- Hay que dar libertad e intentar que las personas resuelvan problemas. “Si hacemos que nuestra gente resuelva problemas no solo lograremos que los obstáculos desparezcan, la Eficiencia; lograremos también el aprendizaje de los participan en la solución. Y para el futuro esto puede ser más importante que lo primero. Que las personas resuelvan problemas es la base para la gestión eficaz del talento de la empresa” (*)
Y por último, no podemos olvidar que una organización sigue el ejemplo de quien está en lo más alto, es decir, su fundador o sus socios. Su personalidad determina la fuerza de la firma que dirigen. Según lo duro que trabajen y a cuántas personas involucre determina el alcance de su influencia. Los socios o titular de una firma establecen las directrices, y cada día han de meterse en la piel de todos sus empleados y lograr que éstos sientan su presencia.
(*) Beatriz Muñoz Seca y Josep Riverola. Profesores del IESE. ”Opera y operaciones”