Por otro lado, si bien la mayoría de los expertos consultados tienden a coincidir en que el sector está experimentando una serie de transformaciones internas de cierta envergadura, dichas transformaciones parecen afectar en mayor grado a los segmentos de los despachos medianos y pequeños, mientras que las grandes firmas nacionales y extranjeras instauradas en nuestro territorio parecen verse poco afectadas porque son éstos primeros los que, para sobrevivir en el mercado, deben afrontar mayores cambios para adaptarse a las necesidades del mercado.
Creo que las grandes firmas seguirán teniendo unos volúmenes de facturación muy importantes, claramente destacados frente al segmento de las firmas medianas. Sin embargo, pienso que no tienen demasiado margen para crecer, a menos que diversifiquen sus estrategias y no acudan solamente al mercado de las grandes operaciones. En ese sentido, las firmas medianas tienen más capacidad de crecimiento.
En todo caso, parece que en líneas generales, el futuro próximo que aguarda al sector es más bien prometedor, gracias a una serie de factores algunos de ellos estructurales, como el hecho de que España sea un Estado social, democrático y de derecho con todo lo que ello implica, y otros de índole coyuntural, como pueda ser el fin de una situación de estancamiento y crisis , vivida por el sector en los últimos 10 años o la aparición de nuevas áreas de asesoramiento legal y económico que están abriendo las puertas de la diversificación y/o ampliación de las áreas de negocio: transformación digital, compliance, blanqueo de capitales, buen gobierno, medio ambiente, mercados financieros, etcétera.