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“La organización debe determinar los procesos necesarios para el sistema de gestión de la calidad y su aplicación a través de la organización” (ISO 9001; 2015, apartado 4.4)

Para implantar un sistema de gestión de la calidad en el despacho, en primer lugar hay que definir el alcance del sistema. Para ello, se deberían establecer los tipos de servicios cubiertos. En este sentido, es importante decidir, en función de la estructura del despacho y las actividades profesionales desarrolladas, el compromiso que asume la dirección al respecto y precisar con claridad los límites del sistema.

Así, el alcance del sistema de gestión de la calidad puede incluir todo el despacho o bien funciones o secciones específicas (uno o más servicios, uno o más centros de trabajo…). A continuación, se presentan algunos ejemplos de alcance de los certificados de calidad:

¿Cómo llevarlo a la práctica?

El mapa de procesos completo de un despacho profesional  puede tener una extensión considerable . A modo de ejemplo , te enseñamos cómo sería el mapa para algunos procesos concretos que suelen ser comunes a la mayoría de despachos profesionales.

Por ejemplo, el proceso de atención al cliente, que empieza con la recepción de la solicitud que haga un cliente.. Se abre la notificación y se procede a analizarla y a categorizarla. A partir de ahí, dividimos entre las peticiones de información, que se proceden a contestar; las quejas, que se registran y se procede a buscar una solución; y otro tipo de peticiones, que se analizan y diagnostican: si conoces la solución, la aportas, y si no, la buscas. En cualquiera de los casos, se contesta al cliente con el mensaje adecuado, se cierra la notificación, se envía (si procede) una encuesta de satisfacción y se cierra el proceso.

Otro ejemplo es el proceso de ventas. En primer lugar, se identifica al comprador potencial y se obtiene información básica sobre él. Posteriormente se determina si está interesado en tus servicios; en caso negativo termina el proceso, pero si es afirmativo, continúa con la propuesta de soluciones adecuadas a sus necesidades. A continuación, se negocian las condiciones concretas. Si en cualquiera de estos dos pasos se produce un desacuerdo y el proceso se interrumpe, se intenta determinar dónde ha estado el fallo para aprender la lección de cara el futuro. Si todo va bien y alcanzas un acuerdo, se determina si hace falta firmar un contrato y se procede a la prestación y “entrega” del servicio.

Estos dos procesos están relacionados, en la medida en que de la atención al cliente puedes conseguir una solicitud de algún servicio o necesidad  nueva, o de que algún problema durante la prestación de un servicio puede derivar en alguna reclamación o queja. A su vez, también están relacionados con el proceso de prestación de tus servicios. El mapa de procesos completo deberá incluir todas estas relaciones.

¿Te atreves a diseñar y construir los  procesos de tu despacho profesional ?

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