- Cuando asigno a uno de mis profesionales un trabajo, actividad, proyecto o cliente, me aseguro de que tenga toda la información necesaria o que sepa dónde encontrarla?
- ¿Me he asegurado de que en mi equipo él o ella es quien mejor entiende el asunto y con mayor probabilidad puede hacerlo bien?
- Si la persona no tiene el conocimiento o la experiencia necesaria, ¿he generado las condiciones para que otro miembro del equipo le enseñe, la acompañe y asuma esa asignación como una de sus responsabilidades y no como un favor?
- Cuando apruebo un curso de especialización o postgrado para algún profesional o empleado de mi asesoría:
- ¿La persona asignada sabe por qué la estoy enviando y qué se espera de ella a su regreso?
- ¿He generado un compromiso con esa persona sobre la utilización de lo que va a aprender?
- Al finalizar el curso ¿sé dónde la voy a ubicar y para qué va a ser útil lo que aprendió?
- Si tengo en mi asesoría alguien a punto de jubilarse o de dejar la asesoría, ¿le he hecho saber qué se espera de él o ella antes de dejar la firma?
- ¿Hay alguien que esté aprendiendo lo que esa persona hace para que su marcha no cree un perjuicio irreparable para la firma?
- Cuando alguien debe cambiar de trabajo, ¿me aseguro de que deje documentado lo que venía haciendo, y de que haya hecho una entrega formal del mismo a quien lo reemplazará?
- ¿Exijo una documentación formal y completa de cuanto se ha hecho (procesos, actividades, proyectos o iniciativas) o me conformo con una exposición oral apoyada en unos cuantos datos?
- ¿Los resultados que genera mi departamento de trabajo los considero de “nuestra” propiedad y soy reacio a compartirlos con personas de otros, pero de la misma firma?
Además de hacerse estas preguntas, también puede ser interesante marcarse unos indicadores:
- El número de ideas que los clientes aportan a la asesoría y cómo se aprovechan.
- La cantidad de reuniones entre clientes y empleados.
- El número de buenas ideas surgidas.
- El nivel de formación de los empleados de la asesoría.
- El número de buenas ideas intercambiadas entre departamentos.
- El número de artículos publicados.
- El número de jornadas de formación organizadas.
- El tiempo que se dedica a intercambiar ideas.
- El numero de bases de datos utilizadas/uso y coste.