Para ser más prácticos e intentar poner en práctica esta definición, se trataría como directivos de una firma analizar si estamos trabajando en estos cuatro focos:
- ¿Cómo nos perciben los clientes? (perspectiva del cliente)
- ¿En qué debemos sobresalir? (perspectiva interna)
- ¿Podemos continuar mejorando y creando valor? (perspectiva de innovación y aprendizaje)
- ¿Cómo medimos los resultados económicos? (perspectiva financiera)
Y ya para finalizar y evaluar si su firma está alineada como una organización que aprende, le planteamos el siguiente test:
- ¿Está estructurada su firma de forma que estimula la libertad y el asumir riesgos?
- ¿Puede demostrar una mejora de productividad en todos sus empleados?
- ¿Busca y cuantifica su firma los costes derivados de duplicación y superposición de tareas innecesarias?
- ¿Las capacidades y habilidades de su gente crecen cada año?