Así, si un despacho profesional consigue 25 nuevos clientes en un año y la vida media del cliente se sitúa en ocho años, la gestión del ejercicio equivale a una futura de 200 clientes. Como vemos, crecer no es sólo una cuestión de obtener muchos nuevos clientes, también implica fidelizar a los existentes.
Principales Conectores
- Las ventas de repetición: el despacho profesional debe conseguir que el cliente de un servicio vuelva a serlo en un futuro.
- Las ventas cruzadas: tienen lugar cuando un despacho profesional consigue vender al usuario de un servicio otros relacionados o no con el primero. Para preservar su fidelidad, el despacho profesional no sólo debe vincular al cliente a la marca a través de un buen servicio, sino que tendría que adelantarse a sus necesidades que van variando con el tiempo.
- Los procesos de referencia: son las recomendaciones que los clientes actuales hacen a los potenciales, sobre un servicio que han utilizado, o del cual han oído hablar bien. La firma puede potenciarlos dando al cliente la máxima información sobre los servicios, para que “puedan venderlos mejor”, aunque sea de forma indirecta.
- El sobreprecio. normalmente, un cliente fidelizado está dispuesto a pagar más por un servicio que garantiza el cumplimiento de sus expectativas, cubriendo sus necesidades de lealtad y confianza, que por otro más barato pero desconocido.
- La reducción de los costes de servir: cuanto más tiempo haya estado un cliente en contacto con el despacho profesional, menor coste puede suponer su atención, ya que conocerá el proceso y necesitará menos ayuda.
- La reducción de costes de adquisición de clientes: los costes de adquisición de clientes son los que un despacho profesional debe invertir en interesar al mercado en sus servicio y en vender a los clientes que han respondido a ese interés.