“Liderar organizaciones nunca ha sido fácil, pero, actualmente, entre la Revolución 4.0, la Covid, la guerra de Ucrania y otros acontecimientos, estamos en medio de un entorno muy complicado. Cuando muchos sectores todavía no se han recuperado del todo de los efectos de la pandemia, la escasez de recursos (materias primas, empleados bien preparados…) y las tensiones inflacionistas añaden problemas adicionales. Por eso, se hace aún más difícil liderar una organización. De entre todos los retos que afrontan las personas que lideran, querría destacar los siguientes:
1. Actualizar la visión: hay que visualizar el futuro a medida que va cambiando y, a continuación, ir adaptando la estrategia para llegar.
2. Alinear el equipo directivo y toda la organización: una vez que la visión y la estrategia están claras hay que conseguir que todo el mundo esté alineado. En tiempo de turbulencias se debe inspirar confianza y proyectar calma. También hay que inspirar a los otros y encontrar apoyos, especialmente en las cuestiones más novedosas y arriesgadas.
3. Gestionar riesgos: como los riesgos no paran de aumentar (posibles ciberataques, falta de suministros, incrementos de costes…) debemos priorizar su identificación y gestión. De este modo, podremos identificar los problemas antes de que se conviertan en emergencias.
4. Tomar decisiones difíciles: los cambios acelerados y las disrupciones que se están produciendo en muchos ámbitos requieren decisiones para no quedar atrás. Esto, no es fácil y es necesario ser resolutivos para evitar la parálisis…”