Además, el asesor de una start up también debe conocer bien los distintos agentes que operan en el entorno emprendedor, como los inversores privados (business angels, fondos de venture capital, etc.), aceleradoras de empresas, incubadoras o entidades públicas con capacidad de financiación, entre otros.
Se trata de contar con profesionales conocedores del ecosistema emprendedor, que sean expertos en una o varias materias de especial necesidad para el cliente, pero que además cuenten con un conocimiento general básico del resto de aspectos legales que afecten al negocio.
Por otra parte, asesorar a un emprendedor requiere contar con un perfil multidisciplinar que permita asesorar sobre cuestiones como:
- La elección de la fórmula societaria más adecuada.
- Los aspectos fiscales (tributación, exenciones, etc.) y las cuestiones laborales (contratos, sistemas de retribución, etc).
- La normativa específica que afecte al negocio y a la industria a la que pertenece.
- La protección de la propiedad intelectual y el blindaje de los intangibles.
- Los aspectos jurídicos de una ronda de financiación y relación con inversores.
- La negociación de acuerdos de transferencia de tecnología.
A vueltas sobre la Innovación
A pesar de que a menudo se identifica la innovación con las nuevas tecnologías, tal como hemos visto en la definición, el concepto es mucho más amplio. La innovación puede clasificarse según diversos criterios. Así, desde el punto de vista del objeto, la innovación puede ser de producto-servicio o de proceso:
- La innovación de producto se refiere a un bien o servicio.
- La de proceso implica cambios en la función de producción en aspectos como el equipamiento, los recursos humanos, los métodos de trabajo, los procedimientos, entre otros.
En los despachos profesionales, la innovación no se circunscribe solamente al servicio en sí, sino también a todo el proceso que se esconde detrás de él, es decir, a otros muchos aspectos que afectan a la firma y a su toma de decisiones. Así, la innovación se aplica también al ámbito de la organización y el marketing o diseño del despacho. Los cambios organizativos son aplicables a la forma de trabajar, a la organización del lugar de trabajo o a las relaciones externas, mientras que la innovación de marketing hace referencia a la imagen del servicio, su estrategia de precios, cambios en su forma de promoción o sus canales de venta.
Factores que influyen en la innovación
Son muchos los factores que pueden influir en la innovación de una organización. En consecuencia, son muchas las fuerzas que pueden hacer que el grado de innovación de un despacho sea mayor o menor. Tales fuerzas, como el nivel de motivación de los empleados, el nivel tecnológico de la organización, etc. son las que generan la inercia suficiente para mejorar un proceso o un servicio.
Internos
- Comunicación interna rápida y efectiva.
- Alineamiento con las nuevas tecnologías.
- Adecuada integración y cooperación interdepartamental.
- Uso de métodos y herramientas de control y planificación de proyectos.
- Capacidad de respuesta y de adaptación a las demandas de mercado.
- Existencia de políticas de expansión.
- Planificación de la introducción en nuevos mercados.
- Promoción y mantenimiento de la cualificación de los recursos humanos de la organización.
- Existencia de servicio técnico y post-venta.
- Métodos de motivación del personal interno.
Es decir, para una correcta creación y transferencia de conocimiento e innovación será necesario disponer de personal cualificado para ello. Por tanto, el capital humano será uno de los pilares básicos a considerar. Resulta importante disponer de una cultura innovadora adecuada que permita la absorción y transferencia de la innovación.
Estructurales
- Promoción de valores innovadores en las actitudes de jefes y resto del personal.
- Existencia de una estrategia innovadora a largo plazo.
- Existencia de una estructura organizativa dinámica y flexible.
- Gestión del conocimiento.
Es fundamental el espíritu empresarial del despacho, que no siempre se ha tenido.
Externos
- Existencia de una infraestructura tecnológica.
- Establecimiento de redes de cooperación con centros de investigación y universidades.
- Cooperación con otros despachos.
- Existencia de políticas de apoyo a la innovación, ya sea a través de legislación o de subvenciones.
- Protección de la propiedad industrial e intelectual.
- Facilidad de acceso a fuentes de financiación.
Aunque los grandes despachos cada vez invierten más en innovación y en buscar nuevas oportunidades, nosotros consideramos que los pequeños y medianos despachos no están excluidos de esta carrera, para nosotros lo fundamental es el “espíritu empresarial del despacho”, si este es fuerte, seguro que florecerá la innovación.