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Los tiempos cambian y los despachos deben adaptarse

Si bien años atrás los profesionales, al igual que muchos trabajadores, buscaban la seguridad, hoy en día las cosas están cambiando. Y no se trata de que ya no la quieran, sino que prácticamente no existe, al menos si del trabajo hablamos.
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La tecnología

Estamos acostumbrados a oír hablar de la gestión de grandes volúmenes de datos, de la información en la nube y de aplicaciones móviles, pero: ¿cómo será ese impacto en los profesionales y en especial, en Recursos Humanos?.

Nos hará el trabajo un poco más fácil. Para ello, se necesita la adecuada formación que nos permita gestionar eficazmente las nuevas tecnologías con el fin de hacer a las organizaciones más eficientes y eficaces.

También destaca la posibilidad de trabajar virtualmente desde cualquier lugar de trabajo, favoreciendo la colaboración, la comunicación y la innovación.

Mayor compromiso de los profesionales con su organización

Los profesionales esperan un cierto nivel de reconocimiento por parte del despacho, ya sea por haber hecho bien su trabajo o porque se han conseguido los principales retos. El reconocimiento es el primer paso hacia el compromiso.

Tendencia a la globalización

El mundo se hace cada vez más pequeño.

La contratación de los “millennials”

El ascenso del líder del milenio esta sobre nosotros, y aunque cada generación tiene algunas cualidades comunes, las generación del milenio destaca por tener algunas características diferentes que hay que considerar :su afición por la tecnología, están más preocupados por construir relaciones y son flexibles a la hora de elegir su lugar de trabajo. También tienen pasión, creen en la rendición de resultados a corto plazo o están motivados por el logro.

¿Lo que esperan las firmas de los profesionales?

Hasta ahora hemos visto lo que querían los profesionales. Y las firmas, ¿qué esperan de ellos? La presión de los clientes, la necesidad de hacer cada vez más con menos y los cambios organizativos llevan a que los despachos no serán nunca más como antes, y generan nuevos perfiles profesionales.

Cambia la profesión y también el mercado y el modelo de negocio y organización de los despachos. Los clientes presionan para bajar las tarifas y aumenta el nivel de competencia de las firmas legales, en las que se transforma la dinámica profesional. Las carreras se hacen más largas y los criterios son cada vez más duros.

La crisis y la preocupación por los costes tienen mucho que ver con esta evolución profesional que da lugar a nuevos roles y perfiles: Se tiende a reducir los costes, el número de asociados intermedios y también de socios, aunque estos últimos son los que más se van a demandar por parte de los clientes. Las facturaciones se reducen e importa cada vez más el margen. La eficiencia y la colaboración son las dos estrategias centrales que ayudarán al objetivo de “hacer más con menos”, el que parece ser el gran reto de muchas firmas legales.

Hoy resulta insuficiente pensar que la calidad del servicio depende sólo de los buenos conocimientos jurídicos de cada cual. Hay que pensar en costes, en eficiencia… Y el servicio jurídico debe estar coordinado por alguien que se encarga del conjunto del proyecto. Además hay una parte del negocio que se puede hacer sin tanta especialización. Si atendemos a la profesión de abogado en los despachos se advierte cómo crece el peso de la gestión administrativa (paralegal), hacia donde tiende a parar una masa excedentaria de abogados dedicada a cuestiones como la redacción preliminar de escritos o el seguimiento procesal.

Todos estos cambios dan lugar a nuevos perfiles y roles como el curator legal o el ingeniero de conocimiento, el consejero de confianza, los gestores de riesgos legales –que se anticipan a los problemas jurídicos y trabajan con los clientes finales para reducir la necesidad de servicios legales más costosos.

Veamos algunos nuevos trabajos en las firmas:

Project manager

Suele estar ocupado por profesional de forma temporal, y equivale a una gestión de proyectos. La razón de ser de este perfil profesional es que los profesionales del derecho, y muy especialmente los abogados, son muy individualistas. En los despachos el nivel de confianza en las personas es menor que en otro tipo de empresas. Al ser profesiones con un alto nivel de competitividad se dan ciertas dificultades para el trabajo en equipo. Sin embargo, el cliente reclama cada vez más cooperación, y por eso es necesaria una figura que coordine: es el project manager.

Ingeniero en conocimiento legal

Muchas actividades y operaciones que hay que realizar para un cliente determinado se han hecho ya para otros. Es posible reutilizar el conocimiento, y es precisamente el ingeniero en conocimiento legal quien aumenta las posibilidades de dar el servicio a tiempo, y también facilita la posibilidad de reducir costes.

Curator legal

Se trata de resolver problemas de una gran parte del público que ni siquiera reconoce un problema legal cuando se le presenta.

Consejero experto de confianza

El rol de los expert trusted advisors puede ser desempeñado por un socio que sea cercano a un consejero delegado. Esta función se identifica con la del asesor de confianza, un abogado experto cuyo consejo se valora no sólo en los aspectos jurídicos.

Los buenos gestores, un perfil que cotiza al alza

El hecho de que las firmas jurídicas tiendan cada vez más a profesionalizar la gestión, buscando a los mejores managers, tendrá consecuencias profesionales en los despachos de abogados.

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