Una de las cuestiones que podrían medirse a través de estas encuestas de satisfacción son los flujos potenciales de marketing relacional o feedback positivo o negativo que pueden generar los propios clientes dependiendo de su grado de satisfacción a través de diferentes vías: el boca a boca, las redes sociales u otras.
En numerosas ocasiones, un cliente satisfecho puede convertirse en un prescriptor al recomendar a terceras personas la contratación de los servicios de una asesoría en particular o, por el contrario, puede generar una mala publicidad si está contrariado por uno o varios motivos.
A este respecto, hay que destacar que los estudios de satisfacción permiten detectar los puntos fuertes y débiles de la asesoría y de su cartera de servicios, lo que puede permitir, a su vez, la potenciación de los servicios y la identificación de nuevas oportunidades.
Además, este tipo de acciones siempre generan en el cliente una sensación preocupación por él; de interés por su situación y sus intereses.
En este sentido, una cuarta parte de las asesorías consultadas desconoce el número de clientes que creen que recomendarían sus servicios a terceras personas; el resto de despachos, consideran que un porcentaje bastante elevado de clientes ejerce de prescriptor. Ahora bien, teniendo en cuenta que muy pocos despachos realizan estudios de satisfacción, es de suponer que esta opinión se basa mas en la percepción subjetiva más o menos formada a partir de conversaciones con los clientes y otros componentes informales existentes en la relación habitual que se mantiene con ellos.
Nuestro consejo final
En resumen, poner en práctica esta iniciativa y hacerlo de forma continuada a lo largo de los años, podría ser una extraordinaria herramienta para fidelizar a los clientes y anticiparse a sus necesidades.