Mantente en el momento presente
La psicología de los deportes de resistencia nos dice que el cuerpo es capaz de mucho más de lo que el cerebro cree. (Si alguien te hubiera dicho en marzo cuánto tiempo duraría la pandemia, ¿habrías pensado que podrías tolerarla?) Así que enfócate en el momento presente, no en la magnitud entera de la situación.
La ansiedad nace de imaginarte el futuro, pero “si mantienes tu energía concentrada en el momento presente y no contemplas cuántos kilómetros te faltan por recorrer, a veces puede sentirse fácil”, dijo Jo Daniels, académico sénior de psicología clínica en la Universidad de Bath, en Inglaterra, y autor de un estudio sobre lo que causa ansiedad y depresión durante la cuarentena.
¿Cómo puedes mantenerte en el momento presente? Hay muchos tipos de ejercicios de conciencia plena, pero hay uno que consiste en enlistar cinco cosas por las que te sientes agradecido, sin importar cuán pequeñas sean… sí, puede ser una taza de café caliente. Cuando te sientas abrumado, piensa solo en lo que necesitas hacer para sobrellevar la próxima hora o el próximo día, no la semana ni el mes que vienen.
El estudio de Daniels sobre la pandemia reveló que las estrategias negativas para salir adelante —como comer o beber en exceso repetidas veces— tenían un mayor impacto en los niveles de ansiedad y angustia de las personas que las estrategias más positivas, como buscar apoyo. “El mensaje es: ‘Intenta hacer las cosas buenas, pero definitivamente no hagas las cosas malas’”, advirtió Daniels. Nadie está sugiriendo que debas renunciar a tu coctel al final del día o a tu pastelito de la tarde. Los problemas surgen cuando recurres a esas cosas una y otra vez para cambiar tu estado de ánimo, y después te sientes culpable por hacerlo, explicó.
Toma el control
Si te sientes como un rehén de la pandemia es porque la situación actual sí tiene un factor en común con la sensación de estar cautivo, saber: plantea un futuro fundamentalmente incierto, comentó Emma Kavanagh, que solía ser psicóloga en la policía y el ejército de Gales del Sur y que ha impartido clases sobre la psicología de las negociaciones en casos de toma de rehenes. Las personas que suelen conservar más estabilidad mental en situaciones de secuestro suelen esforzarse por recobrar algún tipo de control sobre su entorno, con afirmaciones como: “Voy a caminar 100 pasos alrededor de mi celda hoy” o “Voy a hacer 50 lagartijas”.
“Contar con algo que podamos decidir y activar puede ayudarnos a recuperar esa sensación de control”, escribió Kavanagh en un correo electrónico. El ejercicio es una buena opción porque libera endorfinas, pero ese algo no tiene que hacerte sudar. Puede ser cualquier cosa que te haga sentir en control de tu propia experiencia diaria, ya sea una rutina o un pequeño ritual diario.
Busca flexibilidad y tolerancia
A veces la ciencia confirma el sentido común, como sucedió con una serie de estudios publicados en octubre en la revista Frontiers in Psychology que analizaban cómo la incertidumbre dificulta la perseverancia. En uno de los estudios, a algunos participantes se les dijo que darían un discurso (una tarea que en sí misma induciría ansiedad), a otros que calificarían los discursos y a un tercer grupo que se había producido un problema técnico y que descubrirían luego lo que iban a hacer. Luego, todos los grupos trabajaron en anagramas complejos, y el grupo que no sabía qué tarea se les asignaría hizo el menor número de intentos para resolver los acertijos. (Quienes pensaban que tendrían que dar un discurso fueron los siguientes).
Una teoría explica esta situación al asumir que cuando las cosas son inciertas, “la gente está ahorrando toda su energía para lo que no saben que está por venir”, dijo Jessica Alquist, profesora asociada de psicología en la Universidad Texas Tech e investigadora principal del estudio. “La incertidumbre podría ser una señal para que nuestro cerebro lo bloquee todo”.
Las personas que experimentan menos parálisis al pensar, las que manejan mejor la incertidumbre, son las que son más flexibles, dijo Teachman, que ha estudiado la incertidumbre. Si encuentras que estás en una espiral, pregúntate si te estás anticipando o suponiendo lo peor. ¿Puedes pensar en esta situación de otra forma?
También puedes pensar en alguien a quien admiras en términos de la forma en que esa persona lidia con el estrés y preguntarte cómo respondería a esta situación. Los que suelen ver el vaso medio vacío, no se preocupen: esto no significa que siempre deban asumir que las cosas irán bien. “No existe una forma correcta de pensar en las situaciones porque nuestro contexto cambia constantemente y las exigencias cambian constantemente”, dijo Teachman.
La tolerancia a la incertidumbre también es algo en lo que puedes mejorar, incluso en medio del confinamiento. (¿Tal vez sea un buen propósito de Año Nuevo?) He aquí cómo: intenta hacer algo nuevo que no hayas probado antes, preferiblemente algo que te asuste un poco. Teachman ha probado el paracaidismo y el puenting en un intento por esforzarse, pero no tienes que ir tan lejos. Podría ser algo como enviarle un mensaje a alguien que conociste y que pensaste que se convertiría en un amigo, pero nunca le hiciste seguimiento, o expresar tus comentarios a alguien cuando normalmente te quedarías callado. La idea es hacer algo que no sepas muy bien cómo va a resultar, porque eso te obliga a tolerar la incertidumbre.
“Puedes hacerlo”, dijo Teachman. “Es incómodo mas no es peligroso”. (A menos que elijas saltar de un avión).