Transformación digital en despachos profesionales. ¿Por dónde empiezo?

1. Definir y tener una visión robusta hacia dónde va el despacho siempre ha sido un componente necesario para crecer. No es algo novedoso. Lo novedoso es como el liderazgo respecto a la transformación digital debe ser capaz de entender una nueva realidad y un nuevo escenario ambiguo e incierto. Establecer un marco de acción mucho más parecido a las tácticas de un ninja (hábil, dinámico y basado en experimentar fuera de las reglas específicas), se deben conjugar con la posición de un samurái (recto, estático y basado en reglas específicas). Con ello, no queremos decir que dejemos de lado nuestro modelo o visión de despacho, sino simplemente tengamos presente que la innovación nos requiere una actitud y mentalidad que facilite el cambio y sea suficientemente flexible para adaptarse.
2. No pasa sólo en los despachos. Todo trabajador, hábil para buscar los mejores precios en ofertas de ocio, utilizar aplicaciones móviles sofisticadas o asumir información llegada por diversos canales digitales, parece otro una vez entra por la puerta del despacho u oficina. Una especie de criptonita en el lugar de trabajo borra toda iniciativa o interés en el uso de herramientas tecnológicas. En este terreno es dónde se juega gran parte del partido. La transformación se basa en la superación del escepticismo frente a las nuevas soluciones digitales, por un lado. Por el otro, en vencer resistencias a través de una buena gestión del cambio y la capacitación, mostrando que toda nueva integración de software es positiva y que implicará una constante mejora. Sin el equipo, no llegaremos a ningún lugar.
3. El largo plazo en entornos empresariales parece ciencia ficción. ¿Pero no hemos dicho que necesitábamos una visión que a la vez que flexible debe guiarnos para un futuro a largo? Sí, sin duda. Simplemente debemos incorporar a nuestra estrategia de cambio los quick wins. Por ejemplo, si estamos desarrollando una gran herramienta que nos permita una gestión integral, añadamos a nuestra estrategia de lanzamiento el desarrollo rápido de aquellas funcionalidades que atacan pain points de los profesionales- como no podría ser de otra manera, aquellas que eviten el trabajo administrativo, percibido como burocracia innecesaria. A corto plazo, se deben conseguir ciertas metas que refuercen el proceso y nos ayuden a mostrar el sentido de lo que estamos haciendo.
4. Opiniones tenemos todos, pero datos… Los datos como son necesarios para poder detectar áreas de crecimiento en nuestros clientes, tomar decisiones y redundar en la productividad. En este sentido, el mayor problema con el que nos podemos encontrar en los despachos son diversos sistemas no integrados(ERP, CRM… hojas de excel de cada ámbito de práctica), modelo de datos y datos de baja calidad, poca cultura de explotación… Poner los datos en el centro del proceso, a tenor del punto anterior, puede ser una buena estrategia, ya que, y sin descuidar el crecimiento que debe tener todo despacho, nos ayudará a saber en dónde estamos y definir acciones concretas. Además, siempre nos dará una visión de 360º sobre nuestros clientes.

Finalmente, y no olvidemos el foco real de la transformación digital, aportar valor a los clientes. Resolver sus problemas y generarles ganancias. La tecnología debe ser la palanca que automatice procesos, mejore el gobierno del despacho y aplique un nuevo modelo comercial. Todo ello repercutirá en el despacho. ¿Y de tecnología cuando hablamos? ¿Me voy a la nube, compro este ERP, pruebo este servicio, cambio la web…? Pues hablaremos cuando tengamos claros los puntos anteriores. Si bien es cierto que sin tecnología no hay cambio digital, enfoquémonos en primer lugar en definir nuestro modelo de negocio. Por último, también nos toca aprender, ver y experimentar con ella. Sólo así el despacho innovará, interactuando y centrándose en avanzar con su visión, implicando al equipo, buscando logros rápidos y gestionando de manera integral los datos que genera.