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Aprovechando la tranquilidad que aportan los fines de semana, y con los años todavía se disfruta y se es más consciente de esta sensación, hojeaba la prensa y me llamaba la atención que la mayoría de medios, sin excepción, en sus secciones y suplementos de economía, el tema estrella más analizado y comentado era el gran reto que supone para las empresas el subirse a la ola de “la transformación digital” como oportunidad para reinventarse y cambiar.

Sin duda es un reto para las empresas, y por supuesto para todos los despachos profesionales, y que para muchos directivos se ha convertido en un autentico dolor de cabeza. De todos los artículos y notas que leí, me llamo la atención uno que llevaba por título “Transformación digital en España” del Catedrático de Economía (UPF) José García Montalvo (Dinero 21 de mayo 2017, La Vanguardia), donde decía entre otras reflexiones:

… pero no se puede negar que los avances son enormes en algunos servicios como La Agencia Tributaria, que figura entre las agencias más avanzadas del mundo. Muchos ciudadanos no tienen ni que preocuparse en preparar sus declaraciones de la renta. Simplemente confirman un borrador y ya está. La Agencia Tributaria española cuenta además con una gigantesca base de datos de contribuyentes (Zujar) con más de 16 billones de datos y sus expertos son capaces de programar aplicaciones especializadas para realizar casi cualquier análisis usando algoritmos sofisticados de redes neuronales y análisis multivariante. Con la aplicación Teseo puede hacer surgir toda la red de relaciones entre cualquier conjunto de contribuyentes y con Electra es fácil detectar anomalías en relaciones comerciales entre empresas y la creación de sociedades pantalla con propósitos fraudulentos. Si toda la Administración Pública estuviera tan avanzada como la Agencia Tributaria, el sector público español sería el más eficiente del mundo

José García Montalvo

Al leer este párrafo, y reflexionado sobre el sector, me llevó a las siguientes conclusiones:

1º. Hoy en día es de temerarios intentar defraudar al fisco. No compensa. Todos los empresarios deberían ser conscientes que es un camino sin retorno, y que cada vez más el mercado, y la sociedad en general, penalizarán a aquellas empresas que no sean socialmente responsables y éticas. Incluso voy más lejos, debería ser un motivo de selección de clientes en nuestros despachos, a la hora de admitir o captar clientes.

2º. Precisamente por las mismas razones expuestas, se hace evidente que los riesgos y responsabilidad que asume hoy en día un asesor o una firma profesional son elevadísimos. No compensa jugársela. Además existen leyes muy duras que castigan este tipo de prácticas (Ley de blanqueo de capitales, entre otras), y por supuesto los errores. Los despachos, y principalmente los colegios y asociaciones profesionales, deberían saber vender y poner en valor la función y el trabajo de un asesor.

3º. La transformación digital de la Administración Pública es imparable. No solo la Agencia Tributaria, ahora con otra prueba de fuerza con el Sistema de Suministro de Información SII, también la Seguridad Social está avanzando a marchas forzadas (Sistema Creta/Sistema de liquidación directa). Esta tendencia debería servir a muchos titulares de pequeños despachos que crecieron gracias a la tramitación y la gestión de las “declaraciones” fiscales y laborales, a reflexionar sobre el futuro, pues posiblemente esta fuente de ingresos deberá transformarse en otro tipo de servicios y modelo de generación de ingresos.

Sin duda es un reto para muchos directivos del sector, algunos ya llevan tiempo trabajando y lo están visionando como una oportunidad de cambio. Nosotros queremos acompañarles en este trayecto, que sin duda será apasionante.