- Cuestionarios. Es bueno abrir la puerta de la comunicación con cuestionarios. Se puede hacer intercambio de ideas o «escuchar» quejas y sugerencias.
- Analizar Quejas. La mayoría de los clientes no se quejan cuando están insatisfechos, sino que acuden a la competencia. Por ello, no hay que temer el hecho de recibir quejas, inquietudes o temores.
- News y circulares. A través de los boletines, en formato digital, se puede informar tanto a los clientes actuales como a los potenciales de las novedades que van saliendo, así como estrechar las relaciones. Un consejo: cuantos más humanos, mejor.
- Superar las expectativas. El lema podría ser: «¡Promete poco y entrega más!» Hay que impresionar a los clientes al brindarles lo que ellos no están acostumbrados ni a esperar ni a recibir. Desde la velocidad al contestar los e-mails hasta la velocidad de los envíos. Todo ha de ser una cadena perfectamente sincronizada.
- Disponibilidad y accesibilidad. El cliente ha de poder localizar al profesional fácilmente.
- Mantener a los clientes informados de los progresos. ¿Se atrasó el proyecto? ¿El dictamen no se acabará en la fecha acordada? Hay que contactar con los clientes y mantenerlos informados. Ellos saben que el profesional no es una máquina y que pueden surgir los problemas.
- Utilizar el teléfono. Un e-mail es rápido, pero una llamada es poderosa y puede fortalecer una relación.
Adjuntamos un modelo de cuestionario para evaluar la satisfacción de los clientes